martes, 22 de mayo de 2012

En tercera.

Que agarra para cualquier lado si no la abrazan. Se le suelta el flequillo en contramano. Sabe que no saborea, es sabido que no va a pasar el tapial la planta. 

( Está cantando. Se pone color panal, se contrae, se dilata, y susurra a los gritos palabras de amor inventadas por otros.)

Sabe que no hay camino loable mientras mantenga la línea recta hacia el mismo lugar, que se convierte en un circulo.
Con la contrariedad de que los grandes amores son aquellos que nunca se concretan en las huellas dactilares, porque si no se rompe la magia, como se rompen los pétalos de las margaritas cuando se le pone preguntona. Evidencia de esto todo lo vivido, todos los amores que arrastra solo por ser inalcanzables y aquellos otros alcanzados se caen por un agujero al costado del camino, olvidados para siempre.


(Es que lo vió tan cerca de otro sol, en otro camino astral, que agarró para el lado de otro agujero negro).



Agarra el árbol por abajo...y se va.

Para volver a soñar.

(Nadia)